Lo que nos viene para el calor

Cold-Brew (1)

La cultura cafetera nos ha llevado a la creencia de que una máquina último modelo es imprescindible para un buen café, pero no es así. Ahora que se acerca el buen tiempo coge fuerza el café frío infusionado durante horas, una moda extendida en Australia y Estados Unidos que se expande por su versatilidad. Se puede combinar con helados, tomar solo, con hielo, leche, granizados y otra larga serie de preparados. Incluso hay marcas, como Seaworth, que comercializan emmbotellado a mano el café colado en frío, sin uso de calor. Suena extraño, pero una proporción adecuada de café molido mezclada con la cantidad justa de agua en temperatura ambiente durante horas (algunos emplean hasta 18 horas) da como resultado, después doble filtrado, un concentrado puro, café líquido que tiene una textura como la del aceite. Lo mejor es que se puede conservar durante días, calentar, o combinar.
Infusionar el café en frío es un sistema relativamente nuevo que produce un concentrado con un grado de acidez hasta seis veces menor, menos amargo por tanto. Se conserva en la nevera hasta dos semanas y  puede tanto calentarse como añadirle agua o leche caliente sin que pierda propiedades.
Para el café infusionado en frío se recomienda un café natural de calidad y tueste medio (no torrefacto) y, si es posible, recién molido, aunque la molienda sólo facilita el proceso de filtrado sin afectar al resultado final. En Capsularium.com disponemos de diversas marcas de café en grano para que puedas poner en práctica esta modalidad de café.
Es fácil: en un recipiente de cristal añadir el café molido y el agua, mezclar con una cuchara hasta que todo el café haya quedado humedecido, tapar el recipiente y dejarlo infusionar a temperatura ambiente y apartado de la luz entre 12 y 18 horas. Después se pasa la mezcla dos veces por un colador fino,  la primera sin filtro y la segunda con un filtro de papel. Conservar en un recipiente de cristal con tapa y en la nevera hasta un máximo de dos semanas. Para utilizar éste concentrado hay que diluirlo en agua o leche. La regla más común es hacerlo a partes iguales pero dependiendo del gusto personal se puede diluir más o menos.

 

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