La extensión de las cafeteras con el sistema de monodosis, rápido, limpio y cómodo, vence las reticencias de los usuarios con mayor conciencia ecológica con el progresivo desarrollo de mecanismos de recicaje por pate de los principales fabricantes, que o bien estudian el desarrollo de nuevos materiales biodegradable, encuentran nuevos usos para las cápsulas usadas, como por ejemplo mobiliario urbano, o crean sus propias redes de reciclaje.
Las cápsulas de café, al contrario de las botellas, latas o bricks, no pueden despositarse en el contenedor amarillo debido a que no son considerades envases, pero puede hacerse por otras vías. Algunas compañías, como Nespresso y Dolce Gusto, ambas de Nestlé, han puesto en marcha programas de recogida y reciclaje.
El proceso de instalación de contenedores específicos para cápsulas de café usadas se extiende de forma progresiva en la misma medida que se generaliza su uso, pero falta aún recorrido para implantar una mayor red de recogida con mayor alcance territorial.
este es el gran dilema ¿Qué hacer con las cápsulas usadas?
Nespresso empezó su programa de reciclaje en diciembre de 2009 y ya cuenta con cerca de ochocientos puntos de recogida, entre ellos sus decenas de tiendas, a las que los clientes pueden llevar las cápsulas usadas. Esta compañía dice que tiene capacidad para reciclar el 75% de las cápsulas que vende.
Pero es aún difícil conocer el porcentaje de cápsulas que los usuarios reciclan del total vendidas. Según la Organización de Consumidores de España (OCU) solo una quinta parte de los consumidores lleva a la tienda las cápsulas cuando va a comprar nuevas.
En todo caso, la voluntad es extender el sistema de reciclaje para abarcar la totalidad de la producción, y las marcas animan a buscar los puntos limpios para una gestión de este desecho.
Las posibilidades del material reciclado, sobre todo aluminio y plástico, son numerosas, mientras que con el café se elabora compost para las plantas.
Pero el reciclaje no es solo ¿Qué hacer con las cápsulas usadas? Otros fabricantes, como Marcilla, fabrica las cápsulas Senseo con papel de filtro que se puede tirar a los contenedores de residuos orgánicos, aunque este sistema sólo se puede aplicar con el café, y no con el resto de productos. Otras compañías fabrican cápsulas biodegradables, algunas compatibles con las cafeteras más populares.